Los hijos del Altísimo han sido despojados de su poder y autoridad, por las fuerzas del mal.
A la gente de la luz y la verdad se les ha dicho que tienen que estar a la defensiva y nunca a la ofensiva.
Escondiendose en una esquina y rezando para estar a salvo, en lugar de marchar hacia adelante con gran poder y sacar a los gigantes demoniacos de la tierra.
Ha habido una gran infiltración de la Iglesia en todo el mundo, en un intento de difundir mentalidades demoníacas que incapacitan y desempoderan a aquellos que tienen el verdadero poder y autoridad.
En este mensaje quiero enviar una declaración de la verdad que restaurará a los verdaderos guerreros a su lugar de autoridad dado por Dios, para que podamos eliminar las fuerzas de la oscuridad. Esto ofenderá a algunos y chocará a otros, pero necesita ser revelado.
En las Escrituras leemos abundantemente cómo los antiguos profetas y apóstoles golpeaban a la gente con la muerte, porque cometían graves pecados contra el Creador. Varios pasajes describen incluso la muerte repentina de ejércitos enteros de malvados. O grandes números de soldados siendo golpeados con ceguera. O terremotos ocurriendo, abriendo abismos en la tierra que se tragaron grandes masas de gente.
Hay muchos relatos históricos de juicios severos sobre aquellos que eligieron el mal y la oscuridad, y experimentaron el resultado inmediato de su elección: la destrucción.
El resultado fue siempre un gran temor y temblor sobre la gente, que sabía que era mejor no jugar con el Todopoderoso.
En los tiempos modernos la Iglesia ha sido «gatopardizada», con lo que quiero decir que hemos sido controlados mentalmente para creer que Dios es un mariquita blando, un tonto bobo, un tonto gigante, uno que nunca hace nada aterrador. Aquel que infunde miedo en los corazones de los demonios, ha sido reducido a un osito de peluche por los creyentes modernos. Hemos perdido el terror de Aquel que puede destruir cuerpo y alma.
¿Por qué? Porque nos hemos convertido en complacientes profesionales. Valoramos la popularidad sobre el poder de Dios, la alabanza de los hombres sobre la búsqueda de la gloria de Dios. Como resultado, los caballeros han dejado sus armaduras y los dragones han aclamado. El fuego se apagó y la luz se atenuó. Se redujo el calor de la furia de Dios y se puso un clima confortable.
Los que están llamados a ejecutar el juicio sobre las fuerzas del mal que aterrorizan a la humanidad, han rechazado su llamado y se durmieron a los pies del Dragón.
Durante años he escuchado y sentido la llamada a cambiar esto. Tuve experiencias en las que un juicio repentino y feroz vino sobre personas, que tercamente eligieron la oscuridad y el mal, frente al bien... y perdieron la vida. No por la mano del hombre. No profundizaré mucho en esto ahora, pero quiero levantar la punta del velo...
Hace varios años estaba en profunda oración y el poder del Todopoderoso comenzó a obrar en mí. Cuando realmente nos rendimos en adoración de todo corazón, podemos encontrar a Aquel que hizo los cielos y la tierra, y el poder que creó todas las cosas comienza a obrar en nosotros. Es entonces cuando se producen poderosos prodigios y grandes cambios, como resultado de nuestra oración. Ya no se trata sólo de palabras, sino del compromiso de las fuerzas más grandes del universo, que lo cambian todo.
En ese momento sentí una gran oleada de poder dentro de mí y mientras levantaba mis manos, me sentí inclinado a declarar juicio sobre la familia satánica de los Rothschild, que están detrás de la mayoría de los peores males de este mundo (ver este post).
En ese momento sobrenatural de intensa oración hice algo que nunca había hecho antes: Liberé al ángel de la muerte sobre los Rothschild. Las escrituras mencionan a este ángel entre los poderosos que están en la presencia del Todopoderoso. No todos los ángeles son bebés con alas esponjosas. Muchos son seres aterradores que infunden un intenso terror en los corazones de los hombres, incluso cuando los miramos. Son guerreros indeciblemente poderosos.
Mientras rezaba para liberar al ángel de la muerte sobre la familia satánica que ha estado infligiendo horrores indescriptibles a la humanidad, sentí un inusual torrente de energía sobrenatural del Creador por todo mi cuerpo. Sabía que algo importante acababa de suceder. A pocos días después los titulares de las noticias afirmaban que el jefe de la dinastía bancaria de los Rothschild había muerto repentinamente, a la edad de 56 años.
¿Fue ese el resultado de lo que yo había rezado? No hay forma de demostrarlo. Pero sé que algo sucedió, que es de una dimensión que la iglesia ha perdido hace mucho tiempo. Algo descrito en abundancia en las Escrituras. Una realidad de la autoridad divina de los hijos de Dios, que no están llamados a ser cobardes y traidores, perdedores y peleles, mamones y quejicas.
Cuando nos enfrentamos a demonios que destruyen a la humanidad, no debemos retirarnos, escondernos y llorar. Hay una espada dada en las manos de los justos para ejecutar el juicio divino sobre el mal. Es la espada de la oración y la declaración en el espíritu. Cuando el Todopoderoso está de acuerdo con lo que oramos, lo impensable sucederá y la liberación vendrá a la gente.
Cuando veo lo que está sucediendo, por ejemplo en Rumania, que los demonios en el gobierno, las serpientes en los tribunales, los mentirosos en los medios de comunicación, y los lobos en la aplicación de la ley se unen para cancelar una elección que habría cambiado la marea para el pueblo rumano, no me siento y suspiro. No sacudo la cabeza con frustración. No doy la espalda y me agacho un poco más.
No. Me levanto en oración.
Declaro el juicio del Altísimo.
Libero fuego sobre ellos.
Clamo por la guerra, del cielo contra el infierno.
No estoy aquí para ser un idiota que permite que los demonios se salgan con la suya.
Estoy aquí para levantar una bandera de justicia y liberación para la gente que sufre bajo las garras crueles y despiadadas de los satanistas.
No, no les daré a los religiosos cincuenta versículos de la Biblia para probar este punto. Todos tenemos ojos para leer y Biblias para abrir. Nadie necesita tomar nuestra mano de bebé y mostrarnos dónde está la leche. Somos lo suficientemente maduros para leer lo que está a la vista en todas las Escrituras.
Sin embargo, hay un versículo que quiero citar. Es el siguiente:
«¿No sabéis que nosotros juzgaremos a los ángeles y a las potestades de este mundo?». (1 Corintios 6:3)
¿No lo sabéis?
El autor se asombra de que no lo sepan.
¿Cómo es posible que no lo sepan?
Quiero llamar a todas las verdaderas personas de fe, a todos aquellos que saben lo que es deponer nuestro orgullo y autosuficiencia, nuestra arrogancia e ignorancia, y que conocen la gloriosa sensación de humillarnos hasta lo más profundo de nuestro ser ante el Eterno, en sincera entrega y adoración... a que aprendan este principio básico de la espiritualidad:
Los hijos del Todopoderoso son los que llevan su espada. Los hijos del Altísimo están llamados a ejecutar sus juicios. El Salmo 149 es claro:
"Que la alabanza de Dios esté en sus bocas
y una espada de doble filo en sus manospara infligir venganza a las naciones
y castigo a los pueblospara atar a sus reyes con grilletes,
a sus nobles con grilletes de hierro,para ejecutar la sentencia escrita contra ellos.
ésta es la gloria de todo su pueblo fiel».Nuestras oraciones deben infundir temor en los corazones del reino de las tinieblas. Nuestra adoración debería enviar ondas expansivas de destrucción a través de las dimensiones del mal. Nuestras declaraciones deberían acabar con los gobernantes de la maldad.
Extiendo esta antigua verdad a todos aquellos que tengan un corazón que pueda comprenderla.
No hacemos esto en nuestro propio nombre. No nos levantamos en nuestra propia autoridad, porque no tenemos ninguna. No nos exaltamos a nosotros mismos. Humillamos nuestros corazones y nos elevamos en el gran nombre de aquel que tiene toda la autoridad en el cielo y en la tierra, aquel que dio su vida para salvar a la raza humana de los poderes de las tinieblas. El que resucitó de las profundidades del hades para sentarse en el trono de la victoria eterna: Jesús el Cristo.
Si entiendes esto, entonces lleva este mensaje a tu habitación interior y pide guía y sabiduría sobre cómo usar esta autoridad, para que los niños sean liberados, los malvados sean derribados y el mundo sea sanado.
Usa tu autoridad.
Libera el fuego.
Ejecuta el juicio.
Establece la justicia.
Que los cielos y la tierra escuchen los gritos de liberación en todo el mundo.
Los hijos de Dios ya no serán cobardes e idiotas que permiten al mal campar a sus anchas.
El grito de batalla se libera por la presente, a aquellos que tienen la capacidad de oír y entender.
En el nombre de Jesús,
David Sorensen
StopWorldControl.com
